Serenata intimidatoria |
Ficha de la versión | |
Obra | Serenata intimidatoria |
Versión |
Vídeo "Todo por que rías" |
Espectáculo |
Todo por que rías |
Fecha | Sábado, 8 de julio de 2000 |
Duración |
00:00:52 (Introducción) 00:03:00 (Obra) |
Carlos Núñez Cortés: No, no, no,
Daniel, no, no, todo tiene su límite, mi viejo. No, escuchame,
pero ¿cuántas veces? ¿Pero qué se
creyó esta mina? Una vez, dos veces, tres veces, pero todo tiene
su...
Daniel Rabinovich: Tranquilizate, tenés que
tratarla con dulzura. Un momentito.
Carlos Núñez Cortés: Estoy a punto
de cometer una locura y vos me decís que me tranquilice... no me
puedo tranquilizar...
Daniel Rabinovich: Te vamos a ayudar nosotros.
Carlos Núñez Cortés: No, no, Daniel,
ahora. Ahora va a saber quién es un hombre de verdad.
Jorge Maronna: ¿Por qué, quién
más viene?
Daniel Rabinovich: Carlitos, ¿le vas a cantar una
serenata?
Carlos Núñez Cortés: Sí.
Daniel Rabinovich: Serenate.
Carlos Núñez Cortés:
Lo voy a
intentar. ¡Cristina!
No juegues con mi paciencia,
detén tanto tonto intento,
deténte, tenme contento,
o atente a las consecuencias.
Manténte atenta y solícita.
Mientras tanto, nada intentes.
No me tientes a que atente
contra tu integridad física.
¡Música, maestro!
(Comienza a sonar un corrido mexicano. Carlos, que sigue
indignadísimo, agita las maracas con grandes aspavientos)
Carlos Núñez Cortés:
Me rechazas con gesto adusto,
estás disgustada quizás.
Con el tiempo aprenderás
a vivir junto a mí... a disgusto.
No pretendo en absoluto,
ya que estás tan indecisa,
que respondas muy deprisa...
¡Dispones de medio minuto!
(Los demás frenan a Carlos e intentan suavizar la situación)
Coro:
Él la ama cual brisa fresca,
la ama con tierno y dulce querer.
Carlos Núñez Cortés:
Y yo, cuando amo a una mujer,
¡Me gusta que me obedezca!
Daniel Rabinovich: ¡No, tranquilizate, dale tiempo!
Carlos Núñez Cortés: Está
bien, lo voy a intentar, lo voy a intentar. Música, maestro.
(Vuelve a sonar el corrido mexicano y Carlos sigue haciendo
los mismos aspavientos con las maracas, cada vez más exagerados)
Carlos Núñez Cortés:
Me dices que no me quieres,
que espere, no sé hasta cuándo.
Yo te sigo implorando...
¿Pero quién te crees que eres?
¡Es que la voy a moler a palos!
Daniel Rabinovich: Carlitos, vení para acá,
vení para acá.
Carlos Núñez Cortés:
Baja, no digas que no.
Baja y apaga este fuego.
Baja, baja, te lo ruego...
¡O bajas tú o subo yo!
(De nuevo el resto del grupo se ve forzado a intervenir ante
el cariz que toma la situación)
Daniel Rabinovich: ¿Cómo vas a subir,
cómo vas a subir?
Coro:
Fue un enfado involuntario,
pero no volverá a suceder.
Carlos Núñez Cortés:
Es una infamia pegarle a una mujer…
¡Salvo que sea necesario!
Daniel Rabinovich: ¡Pero cómo va a ser
necesario!
Carlos Núñez Cortés: ¡Música, maestro!
(Los gestos con las maracas son cada vez más llamativos)
Carlos Núñez Cortés:
Cuando en mi mente se agolpe
cual tropel la poesía
lograré que seas mía, verso a verso...
¡Golpe a golpe!
Entrégame tu corazón,
entrégate, amado baluarte,
pues al fin vas a entregarte...
¡Tenemos rodeado el balcón!
Daniel Rabinovich: No tenemos rodeado
el balcón, no hemos rodeado ningún balcón...
Carlos Núñez Cortés: ¡Un
momentito, un momentito! La señorita me acaba de sonreír.
¡Ja, ja! Ahí tenés… y me hizo un gesto de que
espere.
Daniel Rabinovich: ¿Que esperes qué?
(Aparece un asistente de escena con una
carta en la mano que entrega a Carlos)
Carlos Núñez Cortés: ¿Y esto?
¡Me mandó una carta! ¡Una carta de Cristina
García!
Coro:
Qué final tan estupendo,
la alegría lo desborda.
(Carlos, emocionado, abre la carta de su amada Cristina García y la lee)
Carlos Núñez Cortés:
“¿Qué es lo que vende? No le entiendo.
Discúlpeme, pero soy sorda."