El lago encantado
(Espectáculo "Recital 74" en Teatro Lasalle)


Ficha de la versión 
Obra El lago encantado
Versión

Espectáculo "Recital 74" en Teatro Lasalle
Fecha Viernes, 11 de octubre de 1974
Duración 00:02:00 (Introducción)
00:14:45 (Obra)

Marcos Mundstock: Les Luthiers interpretarán a continuación el ballet en cinco escenas, Opus 37, de Johann Sebastian Mastropiero, "El Lago Encantado". Mastropiero dedicó éste, su único ballet, a su amada Teodora Fluckweidel. Teodora estimuló y apoyó a Mastropiero durante los momentos más difíciles de la composición de esta obra.

Daniel Rabinovich: La música de "El Lago Encantado" fue pensada especialmente. Pará el baile, Teodora!... Fue pensada especialmente para el baile. Teodora, su compañera de épocas, duras tenía las...Su compañera de épocas duras, tenía las condiciones ideales de musa. Pasó parte de su juventud encanada...en Canadá. Cuando él publicó, aplaudía... cuando el público aplaudía a Teodora se le llenaban...se le llenaban los ojos de lágrimas. Mastropiero llegó a las cumbres, más altas bajas... cumbres más... altas bajas...a las cumbres más altas, bajas ante su estatura musical. Esto es, todo...esto es.. esto es... todo esto es... ¡esto es todo!

Marcos Mundstock:

La última parte de este recital pues, está integrada por el ballet en cinco escenas, de Johann Sebastian Mastropiero, "El Lago Encantado", Opus 37. Ante la imposibilidad de contar con un cuerpo de baile, Les Luthiers ejecutarán "El Lago Encantado" en su versión de ballet leído. En primer término se podrá escuchar la obertura.

Escena primera: Las Doncellas.

Se levanta el telón. La escena, a orillas del Lago Encantado, es de noche. Rogoflecto el esclavo negro del Gran Hechicero, recorre la escena dando vueltas y girando sobre sí mismo. Aparece la primera bailarina, detrás aparecen la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta ... son como cuarenta. Son las doncellas embrujadas por el gran hechicero quien solo por las noches las libera del hechizo. Durante el día las convierte en marineros. Las doncellas bailan.

Las doncellas bailan vigiladas por Rogoflecto quien da vueltas a su alrededor, hasta que oyen que alguien se aproxima y se internan entre los juncos, Rogoflecto realiza una sucesión de “grand pirouettes”, vertiginosos giros sobre una pierna y también desaparece entre los juncos.

Escena segunda: Los Cazadores.

Se aproxima en excursión de caza el Príncipe Vassili, así llamado por su carácter dubitativo. Entran a escena Vassili, su amigo Ranaldo y un grupo de aldeanos. Rogoflecto comienza a girar en lo alto de un peñasco espiando a los cazadores. El príncipe Vassili duda un instante y ordena detener la marcha para descansar. Inician el descanso y el príncipe tras vacilar un momento, comienza a desplazarse velozmente con sucesivos “grand jetés”, enormes saltos con las piernas extendidas. Su amigo Ranaldo y los aldeanos le responden con elásticos saltos en “assemblé”. Todos realizan una serie de violentos “entechatsis” batiendo las piernas en el aire vertiginosamente. Por fin el Príncipe da por terminado el descanso. Ranaldo y los aldeanos, se niegan a reanudar la marcha, totalmente agotados. Vassili, compungido por la desobediencia, se tapa el rostro con las manos. (el rostro). Ranaldo y los aldeanos aprovechan para dispersarse entre los juncos; el Príncipe cuenta hasta treinta y sale a buscarlos. Cuando Vassili se va a internar él también entre los juncos, su salida es interrumpida por la aparición de una hermosa doncella. Rogoflecto corre a informar al gran hechicero, girando sobre sí mismo y dando violentas vueltas en redondo.

Escena tercera: Va cayendo gente al ballet.

La hermosa doncella Malixendra ha aparecido erguida y con las manos unidas sobre su cabeza, o sea en quinta posición del ballet clásico. Malixendra ruega a Vassili que libere a las doncellas. Malixendra se aproxima a Vassili, quien la espera en segunda posición, es decir con los brazos abiertos; es un romántico y ardiente “pas de deux” en el que se expresan mutuamente su amor con gran variedad de desplazamientos y en todas las posiciones. El “pas de deux” es interrumpido por el Gran Hechicero, a quien acompaña su esclavo Rogoflecto girando salvajemente a su alrededor, el brujo presa de la ira, se incorpora a la danza en un tenso “pas de trois”. Rogoflecto se agrega girando velozmente y los cuatro bailan un dramático “pas de quatre”; entran Ranaldo, los aldeanos y las doncellas, y todos bailan un impresionante “paspartout”. Faltan algunos aldeanos y doncellas que se han demorado entre los juncos.

Escena cuarta: El Combate.

El Gran Hechicero desafía a Vassili a una pelea a muerte; el príncipe, enamorado profundamente de Malixendra, por una vez no vacila y decididamente, rechaza el desafío. Sin embargo, su amigo Ranaldo alienta a Vassili hasta que lo convence y el príncipe se dirige hacia el enorme peñasco para batirse con el gran hechicero.

Sobre el peñasco ya se divisan las siluetas del príncipe y del Gran Hechicero en tremenda pelea. Ranaldo consuela a la desesperada Malixendra. Ranaldo consuela a Malixendra cada vez más, la toma por la cintura y la sienta sobre sus hombros, Malixendra se deja levantar. Cuando comienza a amanecer sobre el peñasco persiste la lucha, Rogoflecto continúa girando incansablemente, y Malixendra sigue alzada.

Escena quinta y final: El Amanecer.

A medida que el amanecer avanza, las doncellas, víctimas del hechizo, se van convirtiendo en marineros. Aprovechando que el Gran Hechicero sigue ocupado en su lucha con el Príncipe y Rogoflecto gira ya, un tanto extenuado, los marineros que van apareciendo comienzan a bailar una desenfrenada bacanal con las doncellas que todavía no se han transformado. Con las primeras claridades del día van surgiendo de entre los juncos algunos aldeanos que con gran estupor, traen de la mano a sendos marineros.

De pronto, el Príncipe que ha arrastrado al Gran Hechicero hasta el borde del peñasco, tras vacilar brevemente lo arroja al vacío. Con destrucción del brujo desaparece el hechizo y todos los marineros recuperan su forma de doncellas, menos tres que resultan ser marineros de verdad. Doncellas y aldeanos bailan festejando su alegría; los tres marineros se retiran discretamente. El príncipe baja del peñasco y se arroja en brazos de Malixendra, pero allí, en brazos de Malixendra, lo encuentra a Ranaldo. Vassili duda del amor de Malixendra, duda de la amistad de Ranaldo... y ya no le cabe la menor duda. Todos se alejan del atormentado Vassili. Rogoflecto, intenta un último y violento giro en el aire, pero ya totalmente desorientado, se estrella contra el peñasco. Mientras cae el telón, el sol, que ya se alza sobre el horizonte, ilumina la silueta de Vassili agobiado por la duda y el cuerpo de Rogoflecto girando hacia el lago.


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