Las majas del bergantín
(Vídeo "Humor dulce hogar")


Ficha de la versión 
Obra Las majas del bergantín
Versión

Vídeo "Humor dulce hogar"
Espectáculo

Humor dulce hogar
Fecha Sábado, 12 de abril de 1986
Duración 00:02:30 (Introducción)
00:14:20 (Obra)

Marcos Mundstock:
A continuación, y en la última parte del presente recital, Les Luthiers interpretarán un fragmento de la zarzuela "Las Majas del Bergantín". La zarzuela "Las Majas del Bergantín" narra la historia de los marinos de un navío de la corona española que transporta a un grupo de prisioneras para ser juzgadas en Cádiz; describe la relación de los marinos con las forajidas mientras el bergantín es asediado por el barco del pirata Raúl, a cuya banda pertenecen las prisioneras. Esta zarzuela está basada en la novela "Lejanías", de Jorge Esteban Pérez Ríos, y la adaptación no fue fácil, ya que la novela trata de un labriego que vivía solo con su loro.

Los autores de "Las Majas del Bergantín", Rafael Gómez y Sampayo y Ataúlfo Vega y Favret, responsables de varias zarzuelas de éxito, luego de ponerse de acuerdo sobre las líneas generales que debían seguir tanto la música como la letra, trabajaron por separado durante tres meses. Cuando se volvieron a encontrar, descubrieron con cierto desagrado que ambos habían escrito la letra. Fue entonces cuando decidieron incorporar un músico al equipo; recurrieron al compositor y célebre guitarrista Ramón Véliz García y Casal, a quien llamaban "El Cervantes de la guitarra", porque era manco. Por fin, "Las Majas del Bergantín" se estrenó, con relativo éxito. El crítico de "El Correo Lírico" lo expresó del siguiente modo, escribió: "Si los decorados hubieran sido tan rígidos e inconmovibles como lo fueron los cantantes, y si el argumento hubiera despertado tanta intriga como la afinación de la orquesta, probablemente los aplausos habrían sido tan abundantes como el físico de la soprano".

Escucharemos a continuación, y finalizando el presente recital, una escena del segundo acto de "Las Majas del Bergantín", zarzuela de Pérez Ríos, Gómez y Sampayo, Vega y Favret y Véliz García y Casal. Los marinos cantan, orgullosos de su bergantín, que gallardo desafía la furia de los vientos.


Coro:
Sopla el viento sopla el viento
como nunca antes sopló (zzz, zzz)
y nuestro bergantín
orgulloso avanza y veloz... (zzz) veloz... (zzz)

Y surcando las aguas
desafiando al viento va, (zzz, zzz)
resistiendo tan gallardo,
tan gallardo, terco y tenaz... y tenaz... y tenaz.
Esa es la pura verdaz, verdaz, (zzz)
la verdaz, verdaz, (zzz) la verdaz.

Junto al viento, junto al viento,
ya se oye nuestra voz,
que va exclamando valiente,
¡Ay qué mareo!, ¡qué mareo!,
¡ay qué mareo!, ¡qué mareo tan atroz!
¡y olé! (zzz)

Ernesto Acher: ¡Recórcholis! Cómo se mueve este cacharro... haré arriar las velas. ¡Contramaestre! Foques enrollados, jarcias adujadas y cabos a la cornamusa.
Marcos Mundstock: ¿Y de postre?

Ernesto Acher: En fin, de todos modos, magnífica tripulación.
Todos: Gracias, gracias.
Ernesto Acher: Y hermoso bergantín.
Jorge Maronna: Gracias, gracias.

Ernesto Acher: Mi bergantín... hablando de bergantín, ¿os habéis fijado cuántos nombres de embarcaciones comienzan con b larga?
Carlos López Puccio: ¡Barco!
Jorge Maronna: ¡Buque!
Marcos Mundstock: ¡Bote!
Carlos Núñez Cortés: ¡Balsa!
Carlos López Puccio: ¡Bajel!
Jorge Maronna: ¡Balandro!
Daniel Rabinovich: ¡"Belero"!... ¡Bestia!
Marcos Mundstock: ¡Fragata!
Ernesto Acher: Fragata es con efe.
Marcos Mundstock: Es que la fragata que yo digo se llama Bilbao. Capitán...
Ernesto Acher: ¿Sí?
Marcos Mundstock: ... quisiéramos hacerle un petitorio.
Ernesto Acher: ¿Un petitorio?
Marcos Mundstock: Un "petit-torio". Verá usted, respecto de las prisioneras que llevamos en la bodega... y teniendo en cuenta que hace dos meses que estamos en alta mar y no tocamos puerto... ¡ni nada!..., quisiéramos pedirle que las deje subir a cubierta...
Ernesto Acher: ¿Subir a cubierta las prisioneras? De ninguna manera, esas mujeres son delincuentes comunes.
Marcos Mundstock: Bueno, no pretendemos que sean especiales...
Ernesto Acher: Quiero decir que son forajidas. Son de la banda del pirata Raúl y en cuanto lleguemos a Cádiz debo entregarlas para que sean juzgadas. Eso sí, debo entregarlas intactas.
Marcos Mundstock: ¿Quién se va a andar fijando en el grado de "intactez?"
Ernesto Acher: De "intactitud".
Marcos Mundstock: Menos todavía.
Ernesto Acher: No, hombre, no, no, es que si subieran a cubierta esas mujeres, relajarían la moral de la tripulación.
Marcos Mundstock: ¡Hombreeee!
Ernesto Acher: No, no, no, no puede ser, no.
Carlos López Puccio: ¡Déjelas!
Ernesto Acher: No puede ser.

CN+MM:
Baixant de la Font del Gat,
una noia, una noia,
baixant de la Font del Gat, una ...

Ernesto Acher: He dicho que no. Yo conozco estas situaciones; subirían las mujeres a cubierta y comenzarían que las miraditas, que el canto, que el fandango, que la juerga, que la borrachera, que... que... ¡que suban!
Daniel Rabinovich: ¡Aaaah! Gracias, capitán. Ahí suben las prisioneras.
Marcos Mundstock: ¡Qué vellos tienen! ¡Qué bellos tienen... los ojos!
Daniel Rabinovich: Oigamos lo que dicen.
Marcos Mundstock: Ya comienzan a cantar.

Prisioneras:
Hola marineros decidnos qué hacéis,
por quién lucháis y por quién navegáis.

Marineros:
Todos servimos a nuestro rey
y a la bandera de nuestro "páis".

Prisioneras:
Sois tan gentiles y sois tan galantes
que ya quisiéramos que nos amarais.

Marineros:
Agradecidos, pero es que antes
sería muy útil que nos conozcárais.

Ernesto Acher: Este es Francisco, el estampado.

Prisioneras:
Qué maravilla su cuerpo tatuado,
anclas, sirenas, gaviotas, anguilas.
Tiene tatuajes en todos lados,
tiene tatuajes hasta en las axilas.

Daniel Rabinovich:
Vean tatuado en mi vientre el continente europeo
y... no les muestro Italia... porque quedaría feo.

Ernesto Acher: Este es Aníbal, el insatisfecho.

Prisioneras:
Hay en sus ojos rencor y despecho,
miedo provoca su imagen tan ruda,
hombre sin duda de pelo en pecho,
lo que se dice una bestia peluda.

Marcos Mundstock:
Mi furia tiene motivo, al mar ya no lo resisto...
¡ay!... porque yo quisiera ser o bailarín o modisto.

Ernesto Acher: Y estos son los mellizos: Julio... y Agosto.

Prisioneras:
¿Cómo se explica que siendo mellizos
no se parezcan sus caras, sus pintas?

Carlos López Puccio: Yo soy delgado...
Jorge Maronna: Yo soy rollizo...
LP+JM: Somos mellizos de madres distintas.

Prisioneras: Venid con nosotras, mellizos.
LP+JM: Con mucho gusto, señoras.
Marineros: Y ¿qué hacemos los demás?
Prisioneras: Vosotros también.
Marineros: Es un placer.
Prisioneras: No demoréis.
Marineros: A vuestros pies.
Prisioneras: ¡Chulos!
Marineros: ¡Majas!
Prisioneras: ¡Guapos!

Carlos Núñez Cortés: ¡Capitán!
Ernesto Acher: ¿Qué ocurre?
Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un barco pirata a la derecha!
Ernesto Acher: Se dice "estribor"
Carlos Núñez Cortés: ¡Veo un estribor a la derecha! Capitán, y veo muchos piratas; hay uno de ellos que parece el jefe..., tiene pata de palo y lleva un loro en el hombro.
Ernesto Acher: Un barco pirata... y ¿cuál es su tamaño?
Carlos Núñez Cortés: Más bien pequeñito, es como un periquito chiquitico, lo lleva acá, así.
Ernesto Acher: Pregunto por el barco, cuánto mide el barco.
Carlos Núñez Cortés: Ah, el barco, sí... debe tener unos 60 metros de largo, capitán.
Ernesto Acher: Largo no... "eslora"
Carlos Núñez Cortés: Bueno hombre, yo dije "loro" generalizando. Capitán, ¡un pingüino! ¡Ah! ...pero bellísimo!...
Ernesto Acher: Anda, Nuño.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ordene!
Ernesto Acher: Fíjate si lleva algún botín.
Carlos Núñez Cortés: Sí, lleva, uno... en el pie que no es de palo.

Daniel Rabinovich: ¡Rayos y centellas!
Todos: ¿Qué ocurre?
Daniel Rabinovich: No, no, no, en el agua... rayas y centollas... Capitán, amémonos, ¡anémonas, anémonas! Y caracoles...
Ernesto Acher: Sí, también puede haber caracoles.
Daniel Rabinovich: No, no, ¡caracoles! Que una botella viene flotando hacia aquí.
Todos: ¿Una botella?
Daniel Rabinovich: Sí, una botella flotando.

Coro:
Una botella, una botella,
una botella flotando,
una botella, una botella
viene flotando hacia aquí.

Daniel Rabinovich: La deben haber puesto para que se enfríe.

Coro:
Una botella. una botella
viene flotando hacia aquí.

Ernesto Acher: Debe ser un mensaje de los piratas.

Coro:
Una botella, una botella
viene flotando hacia aquí.

Ernesto Acher: Tiene una calavera y cruzadas dos tibias.

Daniel Rabinovich: ¿Tibias? Confirmao, la han puesto pa' que se enfríe, capi.
Ernesto Acher: ¡Diantres! ¡Es del pirata Raúl!
Carlos Núñez Cortés: ¿Y qué dice?
Ernesto Acher: Y dice que si no les entregamos a las prisioneras, nos hundirán.
Carlos Núñez Cortés: ¡Tengo una idea capitán!
Ernesto Acher: A ver.
Carlos Núñez Cortés: Qué tal si vamos disfrazados de prisioneras y una vez a bordo.. ¡uaaa!, les atacamos.
Ernesto Acher: No, no, no, no, imagínate lo que nos harían si se dieran cuenta de que no somos mujeres...
Daniel Rabinovich: Peor lo que nos harían si no se dieran cuenta.
Carlos Núñez Cortés: ¡Ya sé, capitán!, ¡ya sé!, pues entonces, vayamos disfrazados de hombres.
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, qué miedo tengo, tengo miedo, me late fuerte aquí.
Marcos Mundstock: ¿Dónde?
Daniel Rabinovich: En Polonia.
Ernesto Acher: Y esos piratas nos van a hacer trizas.
Daniel Rabinovich: Ay, ay, ay, ay, ay, siento un vacío en Francia.
Ernesto Acher: Bueno, pues nada. Hay que entregar a las prisioneras.
Todos: ¡No, no! ¿Cómo que...? ¡No, no! ¡resistamos!
Ernesto Acher: No sabría cómo ofrecer resistencia, por lo tanto hay que entregar a las prisioneras.
Daniel Rabinovich: Es inútil.
Marcos Mundstock: Sí, pero es el capitán.
Ernesto Acher: ¡Hala!, marchaos, tomad la chalupa, idos con el pirata Raúl. Adiós.
Ernesto Acher: Contramaestre, zarpamos. Que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: No se lo aconsejo, señor, hay viento.
Ernesto Acher: He dicho que extiendan las velas.
Marcos Mundstock: ¡Ah!... yo había entendido que "enciendan" las velas. Ya decía yo, me parece una "absurdez".

Daniel Rabinovich: ¡Ay!, que las majas se han ido y con ellas nuestro amor.

Coro:
Siempre nos queda el olvido,
el olvido con el licor.
Ya que las majas se han ido,
y con ellas nuestro amor,
sólo nos queda olvidarlas,
sólo nos queda, olvidarlas,
sólo nos queda olvidarlas...

Daniel Rabinovich: ¡Buaahhh!
Ernesto Acher: Bueno, Francisco, olvídalas ya, no llores más por ellas.
Daniel Rabinovich: ¡No lloro por el ellas, lloro por el futuro de Italia!

Coro: ... olvidarlas con el licor.


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