Lutherapia |
Ficha de la versión | |
Obra | Lutherapia |
Versión |
Vídeo "Lutherapia" |
Espectáculo |
Lutherapia |
Fecha | Sábado, 30 de mayo de 2009 |
Duración | 00:24:30 |
Sesión 1
MM: Lo noto raro. Cara de preocupado, ¿qué le pasa?
DR: No, no, preocupado no estoy, pero estoy mal, estoy nervioso, estoy ansioso. No sé, hace semanas que ando así.
MM: Sí, se le nota, la verdad. No sé, me ofrezco a darle una mano si quiere, yo soy psicólogo diplomado.
DR: ¿Usted es psicólogo diplomado? No sabía, tantos años que lo conozco.
MM: Sí, lo que pasa es que no ejerzo.
DR: Ah, por eso
MM: Claro, es como usted, que mucha gente no sabe que es neurótico ¡Y usted sí que ejerce!
DR: Muchas gracias, muy amable.
MM: No, por favor. Si quiere le puedo dar algunas sesiones de terapia.
DR: Bueno, probar no cuesta nada.
MM: Bueno, nada...
DR: ¿Cómo nada?
MM: Están mis honorarios
DR: ¡No me diga que me va a cobrar honorarios! ¿Y los años de amistad que tenemos?
MM: No, esos no se los voy a cobrar.
DR: ¿Y cuánto me va a cobrar?
MM: Bueno, no se puede saber. Hay que hacer primero unas sesiones de diagnóstico, para ver más o menos en qué estado se encuentra y después le paso presupuesto.
DR: ¿Presupuesto?
MM: Claro. Hay que ver el tiempo que me va a llevar, la mano de obra, los repuestos...
DR: ¿Repuestos?
MM: Ya no se consiguen, pero… buscaríamos. Si quiere podemos empezar ya, ¿eh?
DR: Bueno, mal no me va a hacer
MM: No sé. Vamos a hacer terapia cara a cara, recuéstese en el diván.
DR: ¿No me dijo cara a cara?
MM: Ah, no, no. Cara-cara, ¡muy cara!
Usted sabe que la escuela psicoanalítica a la cual yo pertenezco, tiene una máxima, un lema que es: “Es importante que el paciente se recueste…y que el tratamiento le re-cueste”.
DR: Me recuesto entonces. ¿Así está bien?
MM: Sí, sí, de cualquier manera no tiene importancia, es una sesión de terapia, no de fotos. Bueno, ¿qué le anda pasando?
DR: Qué sé yo, tengo una serie de problemas.
MM: ¿Cómo una serie? ¿Cuántos?
DR: Una serie… qué sé yo, tres, cuatro problemas No es una “serie” de problemas, una “miniserie”. Una de las cosas que más me preocupa es una tesis que me encargaron sobre Johann Sebastian Mastropiero: “Influencia de la semiología estructuralista musicológica en las obras de Mastropiero” ¿Le digo la verdad?, no sé por dónde empezar.
MM: Y por ejemplo, la autobiografía de Mastropiero, el libro de memorias, ¿lo conoce?
DR: Lo conozco, pero no de memoria
MM: No, no… digo, el libro que escribió Mastropiero de memorias.
DR: Y seguro que lo escribió de memoria, no se lo iban a dictar, no se lo iba a copiar.
MM: ¿A no? Se lo copió integro.
DR: ¿Cómo se lo…?
MM: Las memorias de Mastropiero se las copió integras de la autobiografía de otro compositor, de Gunther Frager ¿Y sabe cómo se dieron cuenta?, porque se olvidó de suprimir el capítulo “Mastropiero es un miserable” Bueno, y por el título también...
DR: ¿Cuál es?
MM: Mi nombre es Mastropiero, como que me llamo Gunther.
DR: Es que cuantos más libros de Mastropiero o sobre él leo, menos sé por dónde empezar.
MM: Y por ejemplo, a ver, alguna obra de él que le haya impresionado especialmente.
DR: A mí hay una que me encanta que es una opereta medieval: “El cruzado, el arcángel y la harpía”
MM: Ah… sí, sí.
DR: Es buenísima. Que trata sobre la batalla final por la posesión de la ciudad de Jerusalem...
MM: Sí, sí, la conozco, la conozco.
DR: ... entre los turcos comandados por el poderoso sultán Saladino y los Cruzados de occidente, al mando del caballero Christophe de Cotillón. ¿La conoce?
MM: No, no la conozco.
(Se interpreta la obra “El Cruzado, el Arcángel y la Harpía”)
Sesión 2
DR: Este asunto de la “Influencia de la semiología estructuralista musicológica en las obras de Mastropiero” me tiene mal. Hay algo en Mastropiero que no sé qué es, pero que me provoca rechazo. Reconozco que es un compositor importante pero hay algo de él que no me gusta nada.
MM: Claro, usted lo valora a Mastropiero, pero como ahora tiene que escribir esa tesis sobre él, empieza a… y lo tiene que hacer por obligación además, eso entonces hace, convierte al personaje de Mastropiero de un ser amigable, admirado y demás, en lo contrario, en una figura demandante, exigente, en un… digamos es un padre autoritario, y usted por lógica, en un caso así, se pone negativo, se revela ante la autoridad.
DR: Como en fotografía… se revela el negativo.
MM: No, a ver... digamos que, para usted, Mastropiero es una figura contradictoria.
DR: Claro que es una figura con trayectoria... eso aumenta mi exigencia. Aparte, la miniserie de problemas que tenía se está transformando en un culebrón ya, porque la verdad que cada vez tengo más problemas. Aparte de la tesis que tengo que presentar, mi chica me abandonó. Y ando mal de salud. Además del disgusto, a cada rato me enfermo de otra cosa. Menos mal que mis amigos me bancan… me soportan, porque si no…
MM: Sí, usted dice: “además del disgusto, me enfermo”, cuando en realidad usted se enferma a causa del disgusto. Claro, la mente influye mucho en el cuerpo, usted está... somatizando. No es el cuerpo, es la mente. ¡La mente!
DR: Si quiere que me lamente, me lamento… ¡Ay!... ¡Ay!... ¡Ay muchachos, ¡qué suerte que están acá!, mi chica me abandonó y ando mal de salud, a cada rato me enfermo de otra cosa. ¡Ayúdenme por favor!
(Se interpreta la obra “Dolores de mi vida”)
Sesión 3
DR: ¡Ay doctor, me duele todo!
MM: Como le decía antes, usted está somatizando. A usted se le van a ir todos los dolores el día que pueda elaborar sus conflictos.
DR: Sí, para ustedes los psicólogos es fácil elaborar los conflictos… ¡tienen elaboración propia!
MM: Bueno, yo no digo que sea fácil, pero usted tampoco tiene problemas tan terribles.
DR: ¡Sí!
MM: Salvo que haya algún recuerdo reprimido, o algo que este ocultando, o que este negando.
DR: ¿Negando yo?, no, no. Lo que pasa es que aparte de la tesis tengo muchos problemas con la música. ¿Yo le hice escuchar las cosas que compongo en mis ratos libres?
MM: Sí. Usted debería tratar de estar siempre ocupado.
DR: Lo que pasa es que soy muy inseguro, doctor, a veces odio las cosas que compongo.
MM: Bueno, eso es lógico.
DR: ¿Cómo que es lógico?
MM: No, no, digo que a muchos compositores les pasa lo mismo.
DR: ¿Muchos compositores odian las cosas que componen?
MM: No, odian lo que usted compone.
DR: Soy muy exigente conmigo mismo; yo tendría que ser menos perfeccionista.
MM: ¿Menos todavía?
DR: Yo debería aprender de mi tía Clarita. Ella sí que disfruta de la música sin ninguna exigencia; se junta con otra anciana como ella, doña Rosarito, y juntas toman el té, charlan y hacen música sin ninguna exigencia.
(Se interpreta la obra “Pasión Bucólica”)
Sesión 4
(Murena, solo en su consultorio, recibe una carta de Ramirez)
MM: Parece que Ramírez no viene. Yo me voy a echar una siestita en el diván... Carta de Ramírez…
(Voz en off de Daniel)
DR: Estimado Murena: Hoy no iré a sesión, me voy al campo por unos días para aliviar mi angustia. Ya no soporto las tensiones de la ciudad. La moral se ha resquebrajado, cada uno hace lo que le da la gana. No hay que confundir libertad con libertinaje. ¡A mí me gusta más el libertinaje!
Esta tesis sobre la “Influencia de la semiología estructuralista musicológica en las obras de Mastropiero”, me destruye. Estoy estropeado por Mastropiero. Estoy mastropeado. Siento por Mastropiero una relación amor-odio, una relación amorroidal... (Marcos tose)... ¡Siga fumando usted!
He caído nuevamente en la bebida… y se me ha mojado la ropa. Me avergüenzo de andar a los tumbos, balbuceando como un vulgar borracho, con hipo.
MM: El hipo… ¡El complejo de el hipo!
DR: Como ya le conté, mi chica me ha abandonado abruptamente, porque no soporta que me enferme cada vez que me abandona abruptamente. Comencé a salir con una percusionista de la sinfónica y resultó ser una mujer golpeadora.
He buscado ayuda en la musicoterapia: las curas con música, y en el canto gregoriano: la música con curas. Disculpe que le cuente mis desdichas, pero no puedo evitarlo, usted es un profesional, espero que no se preocupe demasiado.
He tartado de po… he tartado de… he tra... he tratrado… he tratrado de… he tratado de poner…me… me sobre… he tartado… me sobré… me sobré tartado… es… es eso… sobre el trat… sobre el tratado… sobre el tratado… he de ponerme el tratado de… jede… deje… deje... dejé… dejé de trat… dejé de tratar de ponerme el sobretodo... ¡He tratado de sobreponerme a todo!
Pero tomo ácido en vaso… ¡pero todo ha sido en vano! Cuando usted reciba esta carta yo estaré aquí, en el campo, buscando la paz de espíritu.
Atentamente, Ramírez.
(Se interpreta la obra “Paz en la campiña”)
Sesión 5
(Marcos lanza un grito y Daniel se asusta)
MM: Discúlpeme, pero me sobró de la canción de antes... Es curioso lo que le pasa a usted, que se siente igualmente angustiado en la soledad del campo y en la alienación de la ciudad. Ese es un síndrome que está descripto, un síndrome psicoanalítico, aunque en realidad, las distintas escuelas tienen distintas opiniones, que se llama de introyección territorial, o sea, usted interpreta el contexto de una manera hostil, agresiva, se convierte, introyecta una pulsión, a ver como se lo explico… ¡A usted no hay ámbito que le venga bien!
A usted, ahora, sobre todo ahora que tiene que hacer esta tesis, que no le sale, que está como detenido, como obstruido, le gustaría ser como esos artistas de la antigüedad, a usted le gustaría ser como los trovadores trashumantes, los cómicos de la legua… los juglares del medio-evo.
DR: ¿Los castrati?
MM: No, no… “medio-evo”
DR: ¡No!, ¡no me gustaría nada ser así! No, a mí me gustaría ser como esos compositores que componían y tocaban para el rey y vivían en el palacio, eran mantenidos, ellos no se tenían que ocupar de nada.
MM: Sí… sí, pero le tenían que componer exactamente lo que les obligaban, lo que les ordenaban; no podían crear, no podían volar, ¡les coartaban las quimeras!
DR: Como a los castrati.
MM: No, no, a ver… “les coartaban el libre albedrío”
DR: ¿También?... Justamente estuve estudiando un personaje de Mastropiero, el Rey Pólipo, “El Maligno”, que mandó cortar la cabeza de varios músicos y poetas de la corte. Está en su ópera “Las bodas del Rey Pólipo”.
(Se interpreta la obra “Las Bodas del Rey Pólipo”)
Sesión 6
DR: Anoche tuve un sueño extraño, estaba soñando con un pianista de jazz que tocaba un azules…
MM: ¿Eh?
DR: ...un blues...
MM: ¡Ah!
DR: ...y estaba feliz escuchándolo, era buenísimo el pianista, y aparecía Jorge Maronna y lo interrumpía. Y yo quería seguir escuchando al pianista, volvía a aparecer Jorge Maronna, lo volvía a interrumpir. Y me angustiaba mucho.
MM: Claro, usted se angustia porque siente que lo interrumpen a usted, se siente interferido. Tiene que ver con esto que le decía, ahora que tiene que hacer esta tesis, que está como obstruido, como que tiene una especie de constipación creativa con este tema, entonces claro, toda situación de corte, de interrupción, de invasión, la siente como propia. Es una especie de… de incorporación de lo externo hacia lo interno, y usted se siente interferido. Es como... a ver... el que interrumpe al pianista en el sueño es el depositario de sus propias represiones intrínsecas.
DR: ¡Era Jorge!
MM: A ver... ¿Qué más recuerda del sueño?
DR: No, no me acuerdo cómo seguía el sueño, pero si me da un par de minutos, se lo termino de soñar aquí mismo... (Se duerme)
(Se interpreta la obra “Rhapsody in balls”)
Sesión 7
(Ramírez en sueños aplaude y se va despertando)
MM: ¡Parece una foca! ¡Ramírez!... ¡Ramírez!
DR: ¡Uy!… me quedé dormido, estaba soñando.
MM: Sí, muy interesante su sueño.
DR: ¿Cómo lo sabe?
MM: Lo veo acá en el monitor. Lo que me llama la atención es como, si bien la situación del sueño se resuelve amigablemente, usted sigue angustiado, ¿no?
DR: Lo que pasa es que ayer yo tuve un día difícil, a un amigo mío se le incendió el negocio, a mi cuñado le chocaron el auto…
MM: Pero, lo que me llama la atención es que usted convierte una situación realmente, digamos apacible, en una situación persecutoria, como si algo le estuviera realmente molestando mucho, ¿no?
DR: Lo que pasa es que ayer yo tuve un día muy difícil. A un amigo mío se le incendió el negocio, a mi cuñado…
MM: A mí se me da por pensar que en realidad, lo que a usted le pasa es que toma el clima hostil y lo introyecta a, como le decía antes, en… en el clima interno suyo, ¿no?
DR: Lo que pasa es que ayer yo tuve un día muy difícil, a un amigo mío se le incendió el negocio, a mi cuñado le chocaron...
MM: Y sobre todo me llama la atención... esa paranoia suya de sentir que siempre lo interrumpen.
DR: ¡Estaré somatizando! Lo que pasa es que ayer yo tuve un día muy difícil, a un amigo mío se le incendió el negocio, a mi cuñado le chocaron el auto y yo me deprimí y me emborraché.
MM: Bueno, usted se deprime por cosas que le pasan a gente cercana. En este caso usted no tiene la culpa.
DR: Sí tengo la culpa. Primero me emborraché, después le saqué el auto a mi cuñado y lo choqué contra el negocio de mi amigo; por eso se incendió… ¡tenía el tanque lleno encima!
MM: Ramírez, ¿usted se emborracha muy seguido?
DR: No, tengo que dejar pasar un par de horas.
MM: Por lo visto tiene mala bebida.
DR: ¡No señor!, tengo un whisky buenísimo: “Scottish Hooligan”
MM: No, digo que el alcohol le cae mal.
DR: A veces me cae mal. Tengo alucinaciones, veo monstruos, insectos, arañas…
MM: Delirium tremens
DR: “Scottish Hooligan”, un whisky buenísimo, doce…
MM: Doce años…
DR: ...pesos. Doce pesos… el cajón.
MM: ¡Con razón ve insectos! ¿Por doce pesos qué quería? ¿pollo con papas?
DR: Veo cada cosa rarísima, veo elefantes con el cuello largo, y jirafas con trompita, y con las orejas así, espantosas… veo hienas… vacías… hienas veo, pero no se ríen estas hienas, son hienas depresivas, ¡lloran!, son horribles, veo cebras cuadriculadas, y veo… veo…
MM: ¿Qué ve? ¿Qué ve?
DR: ...una cosa…
MM: ¿Qué cosa?
DR: ...maravillosa. ¡Veo ratas!, ratas por todos lados, veo ratas, ratas y ratas.
El otro día aluciné completo el cuento del flautista y de las ratas, pero la verdadera historia ¿eh? , no la que les cuentan a los chicos... ¡La verdadera historia del flautista y de las ratas!
(Se interpreta la obra “El Flautista y las Ratas”)
Sesión 8
(Murena solo en el consultorio)
MM: ¡Otra vez no viene Ramírez! Yo creo que la resistencia al análisis de este hombre tiene que ver con esta tesis sobre Mastropiero que le han encargado. Me traje unos libros sobre Mastropiero para ver si encuentro alguna pista. Por ejemplo este: “Cultura es todo, incluso Mastropiero”, capítulo quinto, “Mastropiero y la Epistemología”.
La epistemología, como todos saben, es la rama de la filosofía que estudia el método científico. Cierta vez le encargaron a Mastropiero una partitura para la solemne entrega del premio de Epistemología de la Universidad de la Sorbona, en París. Mastropiero aceptó, pero por un equívoco, su obra tuvo más repercusión que la esperada. Le habían encargado una obra “para la Sorbona”, y Mastropiero entendió “para las hormonas”, y en vez de una Obertura Académica compuso una cumbia; una cumbia en la que incluyó, algunos nombres de filósofos y epistemólogos que le habían suministrado con el encargo.
Luego de la sorpresa inicial del calificado auditorio, Mastropiero fue reputado de inculto, y de ese modo fue reputado por todos.
Este error de Mastropiero le cerró las puertas de los círculos filosóficos, pero le abrió un enorme prestigio en las bailantas. Sobre todo porque esa cumbia, “Dilema de Amor”, se convirtió en el gran éxito del popular grupo Los Brillantes.
(Se interpreta la obra “Dilema de Amor”)
Sesión 9
(Murena solo en el consultorio)
MM: Otro libro sobre Mastropiero…
Mastropiero dedicó años de su vida a investigar una disciplina musical poco frecuentada por otros teóricos: el tarareo.
Por empezar, él consideraba que el verbo tararear sólo corresponde usarse cuando se canta con el fonema tarará-tarará, y que los otros casos deberían denominarse según las sílabas empleadas en el canto. Por ejemplo: la-la-lear, tra-laila-lear, borom-bombar...
Para Mastropiero, cantar sílabas sin significado era un desperdicio poético. En todo caso, decía, si el compositor quiere embellecer su canción con un tarareo, que use las palabras del poema, técnica que denominó: “Tarareo conceptual”, patente en su canción “La Excursión de los Amigos”, cuyo fragmento más conocido dice: “Ya pararon para comprar queso, y ahora, pararán para pan, pararán para pan.”
Pero sin duda, el ejemplo más difundido de tarareo conceptual es el vals criollo, que Mastropiero compuso por encargo del Ministerio de Fomento, para la entrega de tierras a nuevos campesinos. Este vals llegó a ser un gran éxito en la versión del dúo folklórico: “Los Cuatro del Sur”... ¡Perdón!, por cierto, leí mal, el dúo no se llama “Los Cuatro del Sur”, se llama: “Los Cuatro del Norte”.
(Se interpreta la obra “Aria agraria”)
Sesión 10
MM: ¿Cómo hacer para que Ramírez recupere ese recuerdo traumático? ... esa cosa tan reprimida, ese terrible secreto. Ya lo decía Freud: “Lo importante es hacer que el paciente desembuche”. Bueno, él lo decía en alemán: “Die grossen desembuchenheit”
DR: ¡No lo soporto más! ¡No lo soporto más!
MM: Pase… pase…
DR: Es un terrible secreto que guardo conmigo hace años y que creo que es la causa de todos mis malestares y de mi constipación creativa, también. ¿Me promete que no saldrá de aquí?
MM: No, por ahora no, pero después me tengo que ir a mi casa.
DR: ¿Puedo confiar en usted?, ¿se lo puedo contar?
MM: Sí, por supuesto, secreto profesional.
DR: Yo tengo un hermano cura, es abad en un monasterio en una escarpada montaña alejada de la civilización. Mi hermano es de la Orden de Nostradamus. La Orden de Nostradamus tiene como objetivo principal evitar la llegada del Anticristo a la tierra. Y realizan su tarea de una manera anónima y oculta y por eso la jerarquía los traslada de lugar. Los va trasladando de lugar para ocultarlos, y a la Orden de Nostradamus se la conoce como “La orden de Nos-trasladamus”.
Mi hermano me contó que el 31 de Diciembre de 1999, llegaba la medianoche, terminaba el milenio y él y los otros monjes estaban rezando, pidiéndole a Dios que impidiera la llegada del Anticristo a la tierra: ¡El enviado del demonio!
(Se interpreta la obra “El Día del Final”)
Sesión 11
MM: ¡Eso que me acaba de contar es terrible, Ramírez! ¿Se da cuenta?
O sea, que ha nacido el Anticristo, está gobernando la tierra y nadie lo sabe…
DR: Eso no es lo peor… Lucía Fernández, la madre del Anticristo, era amante de Mastropiero. ¡El Anticristo es hijo de Mastropiero!
MM: Pero entonces, ¿Mastropiero es el demonio?
DR: No, el demonio es ella, el demonio se transforma en mujer para seducir a sus víctimas, ¡Satán vestido de satén! Ella lo sedujo a Mastropiero, y él se dejó engatusar, hizo un pacto con el demonio y le vendió su alma. El demonio, a cambio, le prometió que toda su música iba a ser sublime.
MM: ¡Lo estafó!
DR: Mi hermano, el abad, quería impedir a toda costa el matrimonio, porque él también era hijo de Mastropiero, un hijo ilegítimo de Mastropiero, y estaba celoso del hermanito que iba a nacer.
MM: Pero… espere un poco, ¿usted no es hermano del abad?
DR: Sí
MM: Entonces, si el abad es hijo de Mastropiero, y hermano del Anticristo… usted también.
DR: ¡Claro! ese era el secreto espantoso… ahora me doy cuenta. ¡Muchachos, vengan! ¡Mastropiero es mi padre!
LP: ¡No!
CN: ¿Qué?
DR: ¡Y el anticristo que gobierna el mundo, es mi hermanito!
LP: ¡Podemos pedirle un cargo público!
MM: Ramírez, ¡está curado! ¿Se da cuenta? Ahora va a poder terminar la tesis, ahora que sabe que Mastropiero es su padre.
DR: Ya sé cómo se llamará mi tesis: “Influencia de la semiología estructuralista musicológica en las obras de… ¡mi papá!”
(Empleo de banda midi de varios instrumentos en off)
CORO: Cantemos con alegría, tu tesis será genial
DR: Tendré fama y riqueza y todos me admirarán
CORO: En ciencia y filosofía no vas a tener rival
por tu inmensa sabiduría las mujeres te admirarán
DR: Seré campeón mundial…
CORO: Serás campeón mundial…
serás campeón mundial…
¡de epistemología!