Serenata medio oriental |
Ficha de la versión | |
Obra | Serenata medio oriental |
Versión |
Espectáculo "Por humor al arte" |
Fecha | Viernes, 22 de julio de 1983 |
Marcos Mundstock:
Siendo ya un compositor consagrado, Mastropiero realizó un viaje al Medio Oriente, a la capital de las frías regiones montañosas de Arabia, la mítica ciudad de Uf-Que-Brr. Llegado a la ciudad de Uf-Que-Brr, una leve indisposición del jeque de la ciudad motivó que Mastropiero fuera recibido por Abdul, el anciano imán de la Mezquita Principal a quien habían nombrado imán por su sabiduría, pero sobre todo por su gran magnetismo. El imán Abul se presentó ante Mastropiero y le dijo: "Maestro, yo seré su anfitrión, porque a mi jefe el Jeque lo aqueja la jaqueca". Mastropiero, entonces le respondió: "Digamé, esa jaqueca de su jefe el Jeque, no mejorará con carqueja?". Y siguieron conversando toda la noche… En esa charla Mastropiero, se enteró de que los musulmanes más fanáticos eran conocidos como "muy sulmanes"; y por el contrario, a los que sólo cumplían en parte los preceptos de Mahoma les decían los "mahomenos". Por último y antes de regresar, allí convivió con varias tribus de beduinos que provenían, algunos, de ciertos oasis poblados, y otros, de ciertos desiertos desiertos. Los miembros de la tribu eran nómades por partida doble; eran nómades porque deambulaban sin residencia fija y porque eran no más de... cincuenta, sesenta beduinos. En dicha tribu... cincuenta y tres, cincuenta y cuatro, no bueno, los tipos más o menos se cubren de alguna manera, es decir, para dar una idea aproximada, muere alguno, nace uno nuevo, no hace falta saber exactamente... ah, no, por qué?... es un texto, lo leo por dos o tres años... digo cincuenta, sesenta y tengo todo cubierto... cincuenta y cinco....
En dicha tribu se disputaban el mando dos jeques hermanos: Mohamed, el Grande, y Nomemohes Chico.
Nomemohes, el Jeque... el Jeque Nomemohes estaba por contraer enlace, y le encargó a Mastropiero la obra que escucharemos a continuación: la serenata que cantó el novio la víspera de la boda.
Daniel Rabinovich:
Mañana por fin estaremos casados,
será nuestra vida, un lecho de rosas
pues Alá protege a los enamorados,
y yo os amo, mis veinte futuras esposas.
Os amo, os amo, mujeres de mi harén:
Zoraida, Sherezade, Zobeida, Farah, Zimrud,
Rosa, Zulma, Dalila, Zaida, Jazmín,
Fátima, Mora, Farisad, Marien, Amina,
Zuleica, Axa, Dunia, Zoe... y Porota!
Viviremos apasionadamente,
nuestra vida será un edén,
seré fiel eternamente,
nunca os engañaré con otro harén.
Os amo, os amo, a cada una por sus virtudes:
¡Zoraida!... Oh, rostro radiante cuya claridad apagaría la llama de un tizón encendido, tus mejillas, finas, suaves y peludas... y pulidas, son como pétalos de narciso, como flores de arrayán y amapola ¡Y qué lomo, mamita!
¡Sherezade!... Aunque de tus manos no salen tentadores manjares, aunque de tus manos no salen bordados exquisitos, tus dedos son como diez...tus dedos son como diez. Sin contar los de los pies.
¡Oh! ¿Y tú quién eres? ¿De quién es esa mirada resplandeciente como la aurora? ¿De quién son esas manos que Alá bendijo? ¿Cual eres que no te reconozco? ¡Ah! ¡primo Alí!...¿ Sal de alí!... ¡Toquete!
Ya el sublime momento contemplo
pues mis ojos la escena ya ven
el sacerdote diciendo en el templo
os declaro marido y harén.
Luego en la fiesta bailaremos mejilla a mejilla, a mejilla, a mejilla...
Y ahora, os tengo que dejar; mañana será nuestra boda.
Cuando mañana a la noche salude
no habrá en nuestro lecho pesar ni fatiga;
cuando mi cuerpo a los vuestros se anude
seremos felices, que Alá os bendiga.
¡Y que Alá me ayude!