Cuando uno piensa en Marcos Mundstock se le vienen a la cabeza una serie de cosas: su carpeta roja al presentar una obra, su incomparable timbre de voz, su cabeza ampliamente despejada y su inseparable barba.
Pero Marcos no siempre ha lucido esa barba a la que nos tiene acostumbrados. Corría el año 1979, Les Luthiers andaban representando el espectáculo Mastropiero Que Nunca y Marcos decidió afeitarse el bigote y la barba. El resultado no fue de su agrado y esa sería la única vez en que dejara su cara al descubierto.
Pero Marcos no es el único al que le disgusta verse sin barba. El vídeo de Mastropiero que nunca está "prohibido" en su casa, ya que ni a su mujer, Laura, ni a su hija, Lucía, les gusta recordarlo así. Es más, su hija incluso le dice que estaba horrible con ese aspecto.
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Marcos habla sobre su barba